Thadal

From El Compendio de Vilia
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Thadal es un drow especializado en el saqueo, el robo, la extorsión e incluso el secuestro. Ni fiel a los drows de la resistencia ni fiel al clero de Yulus, costaría creer que en realidad Thadal proviene de una familia de alta alcurnia dentro de la sociedad drow.


Biografía del personaje

Thadal es nativo de la Infraoscuridad, es decir, del imperio subterráneo drow, una sociedad plenamente matriarcal en la que el poder lo ostentan aquellas que tienen el título de sacerdotisas de Yulus. Por lo tanto un hombre en dicha sociedad no abarca mucho, ni ostentaría nunca un título.

Esto ha sido el motivo de que desde siempre Thadal tuviese una relación un poco tóxica con su madre, Elvanshalee, la cual era novicia del culto de Yulus cuando Thadal nació. Sobre su padre nunca se supo nada, según los vecinos de su ciudad vino un día, sedujo a su madre, la embarazó y se largó de casa.

Para la propia Elvanshalee la presencia del joven Thadal siempre fue una molestia, hasta el punto de que cada vez que preguntaba sobre quién era su padre el niño se llevaba una paliza que iba más allá de una simple amonestación materna, puesto que ella fue incapaz alguna vez de perdonar a aquel hombre que la manipuló para una aventura de una sola noche. Esto llevó a que Thadal desarrollase una conducta delictiva, la cual hacía que durante días se escapase de casa, yéndose con los maleantes de la ciudad a buscar ruinas que saquear en la superficie cuando la noche los amparaba.

El joven Thadal disfrutaba de aquellas aventuras y participaba activamente en dichas actividades. Siendo la de mayor entretenimiento el contrabando de antigüedades y objetos mágicos, llegando a robar un libro de hechizos que estaba destinado a un cliente del gremio, pero que según la versión de este se extravió. Su segundo mayor entretenimiento era el destruir unas estatuas en concreto, según él mismo "esas estatuas eran de seres parecidos a los drows, pero mucho más odiosos".

Elvanshalee por su parte siguió pasando de su hijo, aunque conocía bien de sobra con la calaña de gente con la que se juntaba, estaba más ocupada en sus ambiciones en el culto de Yulus, que eran ascender y ejercer su poder de acuerdo a su rango. Cuando consiguió hacerse sacerdotisa se casó y tuvo una niña, Balaena, la cual desde su criterio sería una heredera adecuada de su fortuna y posición. Esto entonces convertía su odioso hijo Thadal en un asunto del que encargarse.