Partida: Sombras en Escisión

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Contexto

En el día 11 de Marmadarim del 1509 después de la Separación, Escisión, la capital del Reino Entánico está pasando por tiempos extraños.

Se respira inquietud en sus calles. Los bienes se han encarecido recientemente y el mercado cada vez está menos transitado. Muchos de los productos más exóticos no se han visto en la ciudad desde hace una estación. Se oye hablar cada vez más de robos e inseguridad durante la noche. Casi todos los días, grupos de guardias y soldados recorren la ciudad sin destino aparente. Muchos abandonan la ciudad en pos de la batalla.

Hay guerra en Entanas. La Cuarta Gran Guerra, según los susurros que pueden oirse en la tabernas y mansiones ducales. No solo contra el Reino de Westfallia, sus eternos enemigos. Sino esta vez, además, contra Inkairu. Unas gentes extrañas que viven en lugares remotos de los que muchos en la ciudad ni siquieran han oido hablar. El número de refugiados que llega a la ciudad es cada vez mayor y, aunque la mayoría se quedan en el Tercer Círculo de la ciudad, extramuros, la tensión que se está creando en toda la ciudad es patente. Desde que la guerra contra Westfallia se declarase hace ya más de dos estaciones se han producido ya dos conscripciones de jovenes soldados. Miles han pasado por la ciudad y la han vuelto a abandonar. Parece que otra larga contiendo, más compleja que cualquiera de las anteriores tres Gran Guerras, está en auge.

En todo este tumulto, el Rey Martin Sigheon se mantiene extrañamente en silencio. Desde hace decanas no ha promulgado ninguna nueva ley, no ha llevado a cabo ningún discurso que tranquilice a los habitantes del Reino, apenas se le ha visto salir de su imponente castillo. Las casas nobles de la ciudad insisten en estar actuando en su nombre cuando se dirigen a los súbditos, a los guardias y a los soldados. Pero la mayoría de la población echa de menos a su rey y se empieza a murmurar la posibilidad de que haya podido caer enfermo.

Parece que son los propios habitantes de la ciudad, ya sean visitantes o establecidos allí desde hace mucho, quienes van a tener que cuidar de sí mismos en los días venideros. Y esta perspectiva parece que desplaza, poco a poco, a toda la ciudad hacia el caos.